Una de las grandes ventajas de
plantar rosales en macetas
, es que podremos colocar los rosales en cualquier rincón del jardín, siempre que se cubran las necesidades básicas de sol, que tiene cada ejemplar.
Vamos a ver, como plantar rosales en maceta, en 7 sencillos pasos:
1. Elegir la variedad adecuada
Los amantes de los rosales, estoy seguro que se llevarían a su casa cualquier rosal que encuentren en el vivero, sin importar sus
hábitos de crecimiento o su tamaño.
En teoría, cualquier rosal se podría poner en una maceta siempre que el tamaño fuera suficientemente grande, pero en la práctica, si queremos tener unos arbustos sanos y llenos de flores lo mejor es limitarse a las variedades más pequeñas:
rosales mini
, miniatura, pitiminí o
rosales de patio
.
Algún rosal tipo
híbrido de té que tenga un porte bajo
, también podría servir.
2. Seleccionar el arbusto
Actualmente podemos
comprar rosales online
o en el vivero
. Los rosales online no vamos a poder ver la calidad del arbusto, nos tendremos que contentar con decidir que rosal nos gusta, y esperar que la calidad sea la que marca el vivero.
Pero si vamos nosotros a comprar, elegiremos un arbusto con al menos
tres tallos fuertes,
y que no muestre tierra suelta o que las raíces estén creciendo de forma desproporcionada por fuera de la maceta.
Si la tierra está suelta es signo de que era un rosal a raíz desnuda, que no se vendió en su momento y se ha plantado en una maceta para su venta. Puede haber enraizado o no.
Que las raíces crezcan por fuera de la maceta, es síntoma de que lleva demasiado tiempo en esa maceta
sin haber sido cambiado, y puede ir en contra de la salud del rosal.
3. Elegir la maceta
Como norma,
las macetas para rosales de patio y porte bajo, deberían tener unos 35 centímetros de alto.
Los raíces de los rosales crecen de forma muy vertical, y necesitan espacio suficiente para desarrollarse, por no hablar de que es una planta muy exigente en nutrientes y tenemos que disponer de un recipiente grande, en el que añadir una buena cantidad de compost.
Hay muchos tipos de macetas en el mercado, de los materiales más variados.
Mi recomendación para plantar rosales en macetas, es utilizar las de barro.
Aunque son más caras y el barro puede restar humedad a las raíces, en contra mantienen mejor la temperatura interior.
Las macetas de plástico, multiplican el calor a las raíces, literalmente «se cuecen».
4. Preparar la maceta para la siembra
Antes de utilizar cualquier maceta hay que lavarla bien, sobre todo si es una maceta vieja que ya ha tenido una planta.
Hay
plagas
que se pueden pegar de una planta a otra, y es mejor evitarlo.
La maceta tiene que tener un agujero en el fondo para su drenaje. Aumentaremos la capacidad para drenar, añadiendo unas piedras o trozos de macetas viejas en el fondo.
5. Añadir compost y abono
Para que el rosal que vamos a plantar crezca sano y fuerte,
debemos añadir un buen compost adecuado para rosas,
y un
abono a base de guano
.
Normalmente los rosales que compramos y que vienen en macetas suelen estar abonados, pero como no lo sabemos, lo añadimos.
Moveremos bien la tierra, para evitar que queden huecos.
6. Plantar y regar
Sacamos el rosal de su envase,
hacemos un hoyo en el centro de la maceta y plantamos.
Antes de plantar, es una buena idea
apretar un poco las raíces con las manos, para estimular su crecimiento.
Cubrimos las raíces y presionamos “ligeramente” el compost alrededor. No conviene apretar demasiado, pero no tan poco que el rosal se caiga.
La idea es que la tierra esté suelta, para
facilitar que el arbusto desarrolle nuevas raíces rápidamente.
Regamos de forma abundante, hasta que el aguar sobrante salga por el drenaje.
7. Cuidados de las rosas en maceta
Los rosales exigen una gran dedicación para que se vean sanos y preciosos.
En maceta, esos cuidados se multiplican.
Tendremos que estar muy pendientes ante la aparición de plagas, así como abonar con frecuencia en el verano,
añadiendo abono líquido en el agua de riego.
El riego es vital para un rosal en maceta. Hay que regar de forma diaria en verano, en primavera esos riegos pueden ser más espaciados, pero siempre con la precaución de
mantener el compost ligeramente húmedo.